La inimputabilidad adolescente (-18)
La inimputabilidad exime de culpa, eso es lo que dice la ley
Eso es lo que dice la ley, por lo tanto si no hay culpa no puede haber antecedente que la registre; es fácil de entender: “no se puede conservar información sobre algo que nunca existió.”
Pero una cosa es lo que diga la ley y otra cosa es la voluntad de Bonomi.
Bonomi es el sheriff uruguayo, es decir el que interpreta y aplica la ley utilizando el revólver.
Nuestro sheriff, a quien denominamos formalmente ministro del interior, alcanzo a”estudiar” casi un lustro en la facultad de veterinaria y según su ficha personal militó desde el 70 al 72 en el MLN. Por esa actividad pagó 13 años de prisión, la quinta parte de lo que lleva de existencia. Debe suponerse que era consciente de las consecuencias de su militancia y debe también suponerse que asumió los riesgos porque deseaba una sociedad más justa.
Es también de suponer que los trece años que soportó de cárcel no le habrán influido en su ideario. Su deseo de una sociedad más justa no puede haberse modificado por la larga temporada de cárcel. Suponemos.
Bueno; este es el enunciado, lo que estaría muy bien en un gobierno “del pueblo”.
Pero el tema del momento es la delincuencia juvenil.(-18)
Dejando de lado los tecnicismos, la “inimputabilidad” de los menores de 18 es inexistente ya que no exime de juicio ni castigo, ni en la teoría y mucho menos en la práctica uruguaya. Un menor a quien se le decreta la privación de libertad “con medidas de seguridad” es recluido en lugares tan tenebrosos, peligrosos y deformantes como las cárceles para adultos. Y las prisiones “nuestras” no son ni las más confortables ni las más rehabilitadoras del planeta.
El asunto que motiva estas reflexiones es que el sheriff arriba mencionado no se conforma con aplicar la ley del revólver, ahora quiere reescribirla...
El ministro no tiene que escribir las leyes, para eso está el poder legislativo. Pero al sheriff no le preocupan esos detalles y recorre los editoriales periodísticos, anunciando su voluntad de modificar las tablas de la ley “suspendiendo”la barrera de edad que obliga a eliminar los datos de los delitos cometidos por menores.
Al parecer es un caso de “emergencia nacional”. Según su razonamiento, la inseguridad se solucionaría conservando perpetuamente los archivos de todos aquellos niños detenidos por delitos.
¿Y quienes le apoyan en esta “cruzada”? Más bien ¿quienes le empujan?
Larrañaga, los Lacalle, Bordaberry, etc., la elite de la oposición que no quiere relacionar la “inseguridad percibida” con la desigualdad real.
¿Y cuáles son las sabias recomendaciones de estos “héroes cívicos” nacidos en cuna de oro, abanderados de la “seguridad ciudadana”?... Más garrote sobre el lomo de la población adolescente y marginada que no conoce la palabra bienestar. A una niñez desvalida, convertida en delincuente por efecto de inercia y no por opción se quiere enviar a la cárcel, cuanto más antes, mejor.
Los “notables de la patria” quieren rebajar la “inimputabilidad” teórica a los 16. Según su visión 15 años y 365 días es igual a ser adulto. El ministro es contrario a esta idea, (debe reconocerse) aunque no lo hace por principios sino porque “no soluciona el problema”
La propuesta del partido colorado no tiene ningún fundamento biológico (ni humanista) en que apoyarse ya que la frontera entre adolescencia y adultez no ha sido modificada por la naturaleza. No se hace mención a ningún estudio que pueda sustentar que los procesos de desarrollo biológico y psíquico deban darse por finalizados a los 15 años y 364 días.
Son un azote proclama Bordaberry junior
Hay que sacarlos de circulación sugiere Cuqui Lacalle
“… el país precisa que se apruebe el proyecto de ley del Partido Nacional que agrava la responsabilidad penal de los adolescentes infractores" pide el abogado penalista Larranaga
Lacalle jr. da la “bienvenida” a la propuesta del sheriff, para quien los delitos cometidos por menores alcanzan el 40% contrariando el informe Unicef que lo sitúa en el 12%. El ministro se deja llevar por la “sensación de inseguridad” y no por la realidad.
La sociedad que pensaba cambiar Bonomi ¿dónde quedó?
En estos pocos meses que lleva en el cargo el señor ministro ha cometido gruesos errores. No sabemos si por mala voluntad o por incapacidad ideológica.
Recuerdo tres.
1) Cuando un ciudadano fue asesinado por la espalda en un barrio pobre, en huida, desarmado y filmado por un equipo de televisión que asistía al lugar a entrevistar a testigos de otro incidente y luego que el juez dispusiera la prisión para los causantes, Bonomi manifestó que el ministerio pagaría los abogados defensores (de los asesinos) porque era un caso de legitima utilización de la fuerza. Adujo que la interpretación visual que se hacía de dicha filmación no era la correcta. No dijo que era un montaje, una falsificación, una adulteración… no, no; la filmación era veraz, pero la interpretación que hicieron los televidentes era errónea y también sostuvo que el juez se había equivocado en su dictamen a pesar de que para condenarlos se baso en la declaración de los acusados.
2) En el incendio de la cárcel de Rocha donde murieron 13 presos, manifestó una grosera insensibilidad por la muerte de los reclusos. Ni condolencias, ni empatía. Nada
3) Viajó a Israel con el propósito de firmar acuerdos y contratos con la policía israelí para que ésta proporcione instrucción y asesoramiento a personal policial uruguayo. El argumento: la policía israelí ha logrado bajar la tasa de delitos per cápita. Al parecer desconoce que el estado de Israel, ha utilizado métodos inaceptables como por ejemplo quebrarles los brazos a niños y adolecentes palestinos por tirar piedras contra los uniformados. De esta conducta “ejemplar” también hay documentación que ha recorrido los noticieros del mundo. ¿Es esa la instrucción que quiere para la policía uruguaya? Cuba tiene las menores cifras de delincuencia juvenil. ¿Por qué no comprarle asesoramiento a la policía cubana?
Bonomi también quiere ensanchar los muros de la colonia Berro “porque para rehabilitar a los menores hay que evitar que se escapen”. ¿No se le ocurre pensar a la inversa? ¿Por qué no derribar los muros, para que la colonia Berro sea un lugar donde los menores quieran ingresar y no un lugar del que se quieran escapar?
Nuestro sheriff quiere aplicar una moral espartana sobre la franja mas indefensa de la población donde el bienestar está y siempre estuvo fuera del horizonte, un bienestar inaccesible que ni siquiera pueden alcanzar a través del delito. ¿Quién tiene autoridad para convencer a niños crecidos en la miseria que el camino para llegar a la “propiedad” (a plazos) de un pantalón o un par de zapatillas pasa por la obediencia?
La obediencia ¿a qué? ¿Al séptimo mandamiento, “no hurtaras”? ¿Y el aumento de los sueldos ministeriales (en 50000 pesos por mes, solo de aumento) como se llama?
Un ministro frenteamplista no debe inducir a la ciudadanía a demonizar a los menores de edad y mucho menos pretender modificar las leyes para conservar los antecedentes de menores infractores; datos que podrían tener un valor de estudio para los sociólogos, pero que en manos de policías y jueces contribuiría a sesgar los juicios que pudieran afrontar los menores en su vida adulta.
Finalizando; queremos creer que nuestro sheriff actúa por reflejo ocasionado por presión mediática es decir sin intervención del cerebro ya que sus declaraciones y sus actitudes son incompatibles con la idea o la intención de una sociedad más justa. En mi opinión el ministro debe concluir sus estudios de veterinaria y dedicarse a conversar con los animales ya que ni el derecho ni la justicia tienen que ver con sus inclinaciones intelectuales.
Jaime g
