Creyendo en los reyes magos
De niños les escribíamos a los reyes magos cartitas de puño y letra con una lista de nuestros pequeños deseos que por lo demás raras veces eran atendidos… por ejemplo un equipo de Peñarol o Nacional, de ser posible con pelota de futbol número 5 y Goleadores con tapones. La explicación que recibíamos cuando observábamos nuestros zapatos vacios sin los regalos tan merecidos y necesitados era la siguiente: Mira Juancito, lo que pasa es que los regalos no alcanzaban para todos, pero te prometo que el año que viene se van a fijar en tu pedido. Continuamos esperando que los reyes nos trajeran una bicicleta. A pesar que nos defraudaban año tras año seguíamos creyendo en ellos.
En octubre elegimos nuevo gobierno para continuar con el mismo sistema. La mayoría de nosotros intuimos que por más que nos prometan el oro y el moro nada cambiará en nuestras vidas y eso en el mejor de los casos. Lo poquito que pedimos como electorado es que no nos aprieten más el cepo. También es cierto que no faltan optimistas que sueñan con los reyes magos y que estos le tiren unos pesitos “pa la yerba”. Así de sencillo.
Por otro lado, los candidatos presidenciables ya han anunciado que en este país, mande quien mande, la palabra “desalambrar” no tiene parentesco con reforma agraria y en eso hay unanimidad; faltaba más. En la macropolítica se respetarán los compromisos económicos contraídos por el estado y se alentarán las inversiones imprescindibles para “nuestro desarrollo”, lo que significa que se priorizará el pago de la deuda externa sobre la deuda social. Los postulantes no difieren mucho en sus propuestas a corto plazo y tampoco en sus objetivos estratégicos. Del socialismo no hay nada que decir y no figura en los planes de nadie, es decir si usted nació pobre la culpa no es del gobierno y no se le ocurra exigir que el estado intervenga para reparar esa situación, se acabó la época en que los perros se ataban con chorizos.
Los planes ofrecidos a consideración del electorado no contemplan utilizar el poder legitimo del estado para impulsar una propuesta Artiguista donde los más humildes sean los más beneficiados. No se le va a quitar a los que tienen más que lo que necesitan, para darle a los que más necesitan; punto y aparte.
Si de algo se piensa aumentar la distribución entre los pobres, ese algo es el garrote ya que el debate sobre la seguridad ocupa todo el espacio político .Es conocida la relación: mayor bienestar, menor delincuencia; sin embargo, se induce a los electores a creer que la inseguridad es solucionable con mayor dureza en el código penal.
Hace cuarenta años el senador democristiano Juan Pablo Terra en la campaña electoral señaló que “en Uruguay la gente no muere de hambre pero nace pobre y muere pobre”. “Eso es lo que debemos cambiar”.
¿Cuál candidato cambiará esta sentencia?
¿Usted cree que los pobres de hoy serán los más beneficiados a partir del próximo primero de marzo?
Las probabilidades son muy escasas, pero aun así haremos cola para votar, porque necesitamos creer. No sabemos si la fe como fuerza, es suficiente para cambiar esta realidad, que hasta hoy, todos los gobiernos han insistido en mantener. Valga un ejemplo: el actual presidente vetó la ley del aborto pero no vetó la pobreza. Eliminó el cigarrillo de los lugares públicos pero no eliminó la marginación desesperante de los “asentamientos”. Eliminó el humo y conservó la miseria.
Los postulantes al sillón presidencial para el próximo periodo solicitan nuestro voto “para construir un país prospero, seguro y justo”. Palabras más, palabras menos. Una vez más…
Por eso lo del título; ya que el candidato que elijamos dependerá del grado de ingenuidad de los que aun insistimos en seguir creyendo en los blancos, los colorados o en el frente amplio… es decir, en los reyes magos.
jaime g
2009 10 10